UTOPÍA nº 117 3ª edición: El virus de lo inhumano

Una vida más humana para todas las personas

            El virus de lo inhumano es un virus que muta continuamente pero que está siempre presente entre nosotros. En una sociedad que llamamos civilizada, que debería caracterizarse por su humanidad (lo que los latinos llamaban humanitas), es decir, la racionalidad, el respeto a la persona y el reconocimiento de la dignidad de todos, lo que predomina, por el contrario, es la immanitas (palabra también latina), que significa inhumanidad, barbarie, ferocidad.

Muchas sensibilidades están durmiéndose o llevan tiempo dormidas, porque el virus de lo inhumano destruye toda la sensibilidad humana que encuentra a su paso.

El sistema sociopolítico en que vivimos ya no ofrece ninguna salida real para quienes van quedándose al margen; se acentúa la crisis climática, que es mortal para la especie humana; muchos pobres con trabajo siguen siendo pobres porque su trabajo es un trabajo esclavo; cada vez hay más humanos descartados porque se les hace ser irrelevantes; se fragmenta el tejido social en castas biológicas, en castas económicas y en castas digitales; se acepta, explícita o implícitamente, que el sufrimiento, la pobreza y el hambre de millones de personas son parte natural y necesaria de la evolución humana; y se multiplican las pandemias que no son sólo sanitarias: la falta de agua y alimentos, la contaminación, el poder incontrolado de las tecnologías, el desfondamiento de los ecosistemas.

En medio de todo esto, el ser humano, cuando tiene poder, no se conforma con no ser dios: pretende ser transhumano o posthumano, casi dios; establece una desconexión entre el desarrollo de la tecnología inteligente y la conciencia ética; explota la naturaleza, aunque sea a costa de hipotecar el futuro de las especies; deja en el trastero de sus prioridades el amor, la empatía y la compasión; busca una quimérica felicidad bioquímica y tecnocientífica frente a una felicidad basada en el sentido profundo de la vida; se conecta más pero se comunica menos; deja de lado a un Dios que pudiera significar esperanza y sentido porque no está dentro de las hipótesis del desarrollo actual…

Sobre estos temas va a girar Utopía a lo largo de 2021, con el trasfondo de “Una vida más humana para todas las personas”. En este número 117 de la Revista el tema que aglutinará las reflexiones, a lo largo de tres ediciones, es “El virus de lo inhumano”. Los números siguientes, con el título que lleven en su momento, afrontarán los retos de una tecnología que quiere caminar hacia la posthumanidad, la necesidad de una ética y una política que estén al servicio de la vida, y un modo diferente de enfocar el tema de Dios, que haga al Misterio más humano y menos distante.

1 comentario

  1. La cima del conocimiento no es el mundo científico, sino el filosófico. Los filósofos son los verdaderos príncipes de la sociedad, dado que son ellos los que pueden marcar los límites de los avances. Un científico no maneja la ética o la moral sino los descubrimientos, un empresario tampoco pues maneja antes la cuenta de resultados, pero un pensador, un filósofo es quien maneja dicho mundo y son ellos quienes deben liderar ciertos debates. Qué lo hagan los políticos resulta peligroso. Saludos.

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