UN MUNDO DE TODOS Y PARA TODOS

Todo el 2004 hemos estado hablando de “la terca esperanza” y ahora, sin apearnos de ella, iniciamos el 2005 con una propuesta contundente: “Un mundo de todos y para todos”, es decir, para los empobrecidos, para las mujeres, para el continente africano, para los palestinos, iraquíes, congoleños, los emigrantes, para la tierra entera.

Este primer número va dedicado a “Una tierra en paz, sin guerras”; el segundo a “los emigrantes”, el tercero a “la tierra, generadora de vida” y el último a las “luces y sombras del Vaticano II” en el 40 aniversario de su clausura.

Una tierra en paz porque hoy día el 95 % de las víctimas de la guerra son civiles, sobre todo mujeres y niños. Las guerras de antes eran entre ejércitos, hoy son superejércitos contra la población civil.

Se sabe que el Pentágono, quizás el mayor centro de destrucción mundial, está formando comandos especiales a las órdenes de Rumsfield “para la guerra no convencional”, con “posibilidades de intervención muy amplias por su rapidez y secretismo”. A esto se le llama “Plan el Salvador”, en recuerdo de “los escuadrones de la muerte del Salvador”, creados por el mismo organismo. Por si fuera poco, en el solemne discurso sobre “el estado de la nación” afirma Busch: “Sólo habrá paz si se eliminan las condiciones que alimentan el radicalismo y las ideologías del asesinato”. Para “eliminar ” estas condiciones se están creando estos nuevos comandos.

El 24 de marzo se cumplen los 25 años del martirio, asesinato, de Monseñor Romero. No podemos olvidar que su muerte fue programada y formó parte del inicial “Plan el Salvador” que fue terror y asesinatos masivos. Este plan ya se ha aplicado en Faluya y acabarán aplicándolo en todo Irak.

Nuestro compañero Pedro Casaldáliga ya tiene sucesor, nombrado directamente por Roma sin escuchar, como tiene por costumbre, la voz de la gente. No obstante, contrariamente a lo que cabría esperar, parece que se trata de un franciscano sencillo y dialogante, capaz de sintonizar con la orientación actual de la diócesis. ¡Ojalá!

Lamentamos la ratificación del tratado constitucional europeo por tratarse, entre otras cosas también serias, de una apuesta por el militarismo y las agencias armamentísticas y su dependencia de la OTAN.

Damos la bienvenida a las tres mujeres que, desde hoy, se incorporan al consejo de redacción de Utopía con las que intentamos ganar cotas de género y juventud. Os animamos a difundir esta vuestra revista, pues, aunque mucha gente se identifica con su estilo y valores, la verdad es que seguimos necesitando más suscriptores para pervivir. No deberíamos permitirnos el lujo de perder un medio de información, formación e intercambio que está resultando beneficioso para tantas personas.

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