UTOPIA 104: Acción política al cuidado de la vida

 

Estamos seguros de que, nunca como hoy, tal y como constatábamos en el número 101, conocemos, sabemos tanto y experimentamos de tan cerca y de manera escandalosa la desigualdad de la sociedad mirada desde la acumulación, sin escrúpulos, de los más  ricos, con ausencia total de un horizonte de fraternidad.

Hace muy pocos días, nos recordaba una organización nada sospechosa cómo las ocho personas más ricas de nuestro mundo poseen más riqueza que 3.500 millones de seres humanos que viven en los países más empobrecidos.

Posiblemente, nunca como hoy, tal y como, igualmente, constatábamos en el número 102, podemos ser tan conscientes de que la vida de muchas de las personas de nuestro mundo está en peligro.

Y con el fin de apuntar alguna de las grandes causas que sustentan el escándalo y las consecuencias del hecho que las vidas de muchos seres humanos estén en peligro, hemos puesto el dedo a través de los artículos y reflexiones del número 103, señalando la terrible provocación de miedo que el poder y la dominación de unos pueblos ejercen sobre otros, o de unas personas sobre otras.

La mordaza puesta, demandada y apoyada como freno y amenaza desde las leyes, con una fuerte carga de inhumanidad con personas  de otras procedencias geográficas, o con quienes piensan distinto, o con quienes se esfuerzan  por otras alternativas de vida y de sociedad.

El expolio permanente sobre espacios y  estructuras sociales globales o cercanas, como son el medio rural y campesino, o los barrios y sus organizaciones vecinales vaciadas del protagonismo necesario y de muchos de los derechos mínimos e innegociables para cualquier ser humano.

La criminalización destructora y amenazante vivida desde las cárceles que acogen, sobre todo, un número vergonzoso y preocupante de personas con enfermedad mental; o desde los Centros de Internamiento de Personas extranjeras; o de niños y jóvenes menores ya sin salida.

Estamos en condiciones, desde aquí, desde este número 104, de gritar que es necesario, imprescindible, urgente, de obligado cumplimiento, acción y tarea; empujar a esta sociedad, arrancar de los propios profesionales de la política, que el ejercicio de la acción política es urgente que se encuentre con los necesarios cuidados de la vida concreta de las personas.

Quiere ser este número el apoyo necesario para significar algunas de las claves que nos parece percibir como necesarias para este camino de encuentro de la acción política y los cuidados de la vida, de manera que vaya posibilitando otro sistema social.

En primer lugar, la comunidad y lo comunitario, frente a la mercantilización globalizada; en segundo lugar, la organización de grupos que producen y generan movimientos por los derechos sociales para el cambio social, donde la centralidad es la vida y la autonomía de cada una de las vidas, frente al Estado de los servicios sociales que generan, solamente y cuando menos, dependencia; y, en tercer lugar, lo cercano y la acción y gestión cercana que posibilitan una nueva manera de ser y de vivir, frente a tanta acción política de grupos de presión que actúan “sin rostro” e impunidad.

Si el problema y la causa central de la “no vida” de muchas personas, espacios y colectivos, es la acumulación de capital “en los ricos”, así como el poder ejercido bajo la amenaza del miedo, “la acción política al servicio del cuidado de la vida” será la única manera de reconstruir otra sociedad.

El ejercicio de esta acción política nos pertenece también a nosotros y nosotras, como nos pertenece la vida y los cuidados mutuos de nuestras vidas para la fraternidad comunitaria.

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