Nos ha dejado Isabel Navarrete

Isabel Navarrete un puntal de las CCP

El 21 de abril, en primavera, fallecía, tras una enfermedad implacable, Isabel Navarrete, compañera en nuestras comunidades cristianas desde hace ya muchos años.

No es fácil hacer una semblanza de Isabel, pues ha sido mujer discreta y de pocas apariencias, pero de labor callada y “corredora de fondo”.

Del Puente Cultural al Movimiento Católico de Empleados

Comenzó su andadura laboral allá por el comienzo de los años 60 trabajando en el sector de agencias de Viajes, en “Puente Cultural”, y esto le dio ocasión de conocer lugares y gentes, que en aquellos años resultaba aún incipiente.

Ya desde entonces, y a través de unos Ejercicios Espirituales de San Ignacio, se incorporó al M.C.E. (Movimiento Católico de Empleados), heredero del Hogar del Empleado, congregación mariana que tenía su sede en la c/Cadarso, 18 en Madrid, y que era asistida por jesuitas (Cortés, García Alamán, Garralda, Zaforas, Ruiz de Arana…). El Hogar del Empleado contaba entonces con varias secciones (matrimonios, adultos, jóvenes, juveniles) y un gran número de los entonces denominados militantes. El Hogar del Empleado promovió, también, grupos similares en Sevilla y Valladolid.

Isabel empezó a participar en las actividades que el M.C.E. realizaba: grupos apostólicos de jóvenes, salidas a la montaña, eucaristías en la iglesia de San José, Ejercicios de S. Ignacio, formación humana y cristiana…

Eran todavía años de euforia “nacionalcatólica” y de oscuridad en lo político, en lo social y en lo cultural.

Impulsora de obras sociales desde El Hogar del Empleado

A pesar de ello el Hogar del Empleado impulsó obras sociales destinadas a las clases populares: Constructora Benéfica, Servicio de enfermos, Escuela de capacitación profesional, Cooperativa de bienestar popular, residencias para trabajadores procedentes de pueblos y otras ciudades, Sección de Enseñanza (apertura de siete colegios en Madrid), librería “Cultart”. Posteriormente todo este conjunto de obra social pasó a constituir la Fundación Hogar del Empleado (F.U.H.E.M.), de la que el M.C.E. está actualmente desvinculado y pasó a concretar su actividad como comunidad cristiana popular.

El M.C.E. evoluciona con los signos de los tiempos hacia una actitud crítica y beligerante con el poder establecido en el país. Se crean los Grupos de Acción Social (G.A.S.). Se suceden los registros e incautaciones de la policía en el local del M.C.E. (en la c/Cadarso). Se llevan la multicopista en dos ocasiones y requisan documentos y revistas. El M.C.E. colabora con revistas como “El Ciervo” y “Cuadernas para el Diálogo”, y edita una propia, “Aún”, que finalmente es clausurada por la censura del Estado.

Y es en esta etapa dónde Isabel desarrolla su potencialidad humana, social y cristiana: coordina diferentes grupos, participa en actos y reivindicaciones sociales, a la vez que potencia las celebraciones comunitarias.

Presidenta del M.C.E.

Es entonces cuando Isabel es elegida para presidir el M.C.E., gestionar los locales y representarle en la Coordinadora de Comunidades Cristiana Populares de Madrid/Toledo/Talavera.

El matrimonio de Isabel y Eugenio, el nacimiento de sus hijos y nietos, supusieron un estímulo y nuevas responsabilidades en su quehacer cotidiano.

Los avatares de los nuevos tiempos obligan al M.C.E. a trasladarse a un local más modesto en la c/Irún, y desde allí a la c/Argumosa donde actualmente se reúne la comunidad compartiendo espacio con el Comité Oscar Romero y Vanguardia Obrera.

Todo este proceso lo acompaña Isabel y gestiona el traslado del archivo histórico del M.C.E. al Archivo de los jesuitas en Alcalá de Henares, gestión en la que Javier Domínguez colabora activamente.

De Isabel podríamos destacar el sentido de la responsabilidad con que actuaba en todo ello, y la confianza que despertaba porque sabíamos que todo se iba a hacer. Y ello acompañado desde una actitud permanente de disponibilidad no exenta de rigor y que en los tres últimos años se vio disminuida a causa de su enfermedad. También la afabilidad en su trato, crítico cuando era menester, era una constante de su personalidad.

Isabel sigue viviendo en nuestros corazones, en nuestras ideas, y en nuestros actos.

Comunidad MCE. (Movimiento Católico de Empleados)

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