Mercados Sociales: una herramienta de transformación social desde el consumo responsable

Los supermercados, los centros comerciales, las tiendas de cuatro plantas… Estos, entre otros similares, son los espacios de consumo más comunes y transitados en las grandes (y no tan grandes) ciudades de la actualidad. Los ritmos de vida, cada vez más locos, la superpoblación de los núcleos urbanos y las tendencias al consumismo desenfrenado son algunas de las causas de este cambio. Hemos pasado de las pequeñas tiendas familiares de barrio, en épocas anteriores, al modelo megalómano actual, propio de un sistema capitalista amante de las economías de escala.

Una de las consecuencias de este cambio ha sido la desconexión entre los productos y sus orígenes. Como consumidoras, somos incapaces de ver el camino que han hecho nuestras verduras o nuestras camisas hasta llegar a nuestras manos; parece que se hubieran materializado, como por arte de magia, en ese estante, en esa percha, en esa caja de plástico. También se han desdibujado los vínculos con las personas a quienes compramos esos productos. Antes era Pepe, con cuyos hijos habías jugado en el cole, o María, que estaba recién operada de la rodilla pero ya estaba mucho mejor. Ahora son personas sin rostro ni historias: son reponedoras, dependientes, cajeras… En definitiva, hemos aislado la acción del consumo de toda la cadena que lo hace posible, de las personas, los recursos y los medios implicados.

El modelo hegemónico de hoy nos premia por consumir, incentiva la desconexión con la naturaleza, nos modifica las prioridades de nuestras necesidades y nos empuja a tener un ritmo vertiginoso de vida. Estas tendencias son las que deben hacer preguntarnos si es posible mantener este ritmo dentro del mundo finito en el que vivimos.

El modelo de la economía social y solidaria propone llevar a cabo nuestras actividades económicas de una manera distinta.

¿Es posible utilizar la herramienta del consumo y del comercio para empezar a cambiar las cosas, para poner en el centro de la economía a las personas, al medio ambiente, a la justicia, la democracia y la sostenibilidad?

Como respuesta a esta utopía de un mundo infinito, surgen los Mercados Sociales, donde se prioriza una intercooperación, donde productoras, distribuidoras y consumidoras se acercan tejiendo una red de economía que se aleja de los flujos deshumanizados y voraces del modelo capitalista.

El Mercado Social es un circuito económico de producción, distribución y consumo de bienes y servicios. También incluye el aprendizaje común que funciona con criterios éticos, democráticos, ecológicos y solidarios en un territorio determinado.

Está constituido tanto por empresas y entidades de la economía social y solidaria como por consumidores individuales y colectivos.

Las personas que participan en Mercados Sociales buscan satisfacer sus necesidades de manera más crítica dentro de estos mercados, atendiendo a otros valores más allá del coste.

Los Mercados Sociales en España se articulan desde la Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS). En ésta, cada una de las redes territoriales está trabajando con el objetivo de conectar diversos mercados sociales territoriales en uno estatal.

Los Mercados Sociales de cinco territorios- Aragón, Baleares, Eusakdi, Navarra y Madrid- suman entre todos más de 50.000 socios, 10.000 trabajadores contratados  y más de 1.500 entidades.

Desde la red Internacional Rippes se está trabajando en un estándar de comunicación internacional para compartir esta herramienta y estas experiencias entre países.

El Mercado Social de Madrid cuenta con 126 entidades y más de 450 personas consumidoras. Tiene su moneda social, el Boniato, con un sistema de auditoría, Balance Social. Desde hace tres años se realiza la Feria del Mercado Social de Madrid, donde se reúne más de un centenar de empresas del sector y por la que pasan cada año más de 15.000 personas durante un fin de semana del mes de junio. Las entidades que participan en la feria también participan en el portal digital, con un catálogo de bienes y servicios que se puede consultar.

La experiencia de Granada está compuesta por más de 20 entidades socias y más de 100 socios consumidores. En su local, llamado Ágora, cuentan con un espacio de trabajo compartido, una sala de usos múltiples y una sala de reuniones. También existe una tienda donde se venden todos los productos de las entidades afiliadas. Cualquier persona o entidad puede acercarse para informarse y asesorarse sobre economía social y solidaria, además de participar en todas las actividades que semanalmente se realizan, como cine-forum, exposiciones fotográficas, charlas-debate, teatro, conciertos, entre otras.

En conclusión, se puede afirmar que los Mercados Sociales se plantean como una alternativa al modelo económico hegemónico actual. Son herramientas de transformación social que fomentan una economía real basada en satisfacer necesidades y conectada con un desarrollo medioambientalmente sostenible, democrático y justo.

Belén Fernández, Economistas sin Fronteras

José Andrés Soberbio, Economistas sin Fronteras

Romina Vinocur, Economistas sin Fronteras y Mercado Social de Madrid

Elena Novillo Martín, Economistas sin Fronteras

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