Entrevista a Nazanin Armanian

 

                                                                                              Aurelio M. Lepe Gil                                              

Nazanín Armanian vive en España desde 1983. Profesora de Relaciones Internacionales en la UNED, donde ha sido tutora de Ciencias Políticas, licenciada en Ciencias Políticas, Investigadora en Filosofía, entre 2008 y 2012 impartió cursos on-line en la Universidad de Barcelona sobre el “Mundo islámico”.

Imparte cursos y conferencias en centros cívicos y culturales. Su área de investigación es el mundo islámico, el islam político, la geopolítica de Oriente Medio y el Norte de África y los derechos de las mujeres; traductora jurada (persa/farsi – castellano), escribe en varios diarios nacionales, teniendo una columna semanal en Diario Público. Ha publicado unos 15 libros, entre ellos Al Gusto Persa. Tradiciones y ritos iraníes, ganadora de dos premios internacionales; Irán, la revolución constante;  Kurdistán, el país inexistente;  El Islam sin velo.

Es muy grato contar con tu presencia en la revista Utopía, Nazanín,  especialmente en este número en el que volvemos a decir no a la guerra, a ninguna guerra, no a la violencia que tantas consecuencias desastrosas y crueles trae a la humanidad.

Reparé en ti realmente hace muy poco, en abril del año pasado, durante el interesante I Encuentro de Espiritualidad organizado por el Círculo Podemos, Espiritualidad Progresista, donde junto a varias teólogas y teólogos, profesores de yoga, lama, sufís, terapeutas, compartisteis interesantísimas exposiciones de unos quince minutos. Y allí estabas tú, contándonos entre otras cosas y con muchas ilustraciones las terribles consecuencias de decisiones tomadas muchas veces por conocidas figuras de la Administración Obama o del Partido Popular en el caso de nuestro país.

¿Cuáles son las circunstancias que te fuerzan a dejar tu tierra, tu gente, tu cultura? ¿Por qué España, qué tal fue tu adaptación, el cambio?

La persecución a las fuerzas progresistas, que empezó tras el secuestro de la revolución por las fuerzas de la derecha fundamentalista, mandó a la totalidad de los partidos y sindicatos progresistas de nuevo a la prisión, a la clandestinidad  y al exilio. Unos pocos conseguimos salir del país.

Aterricé en España por pura casualidad. Mi destino era Alemania, el tradicional destino del exilio iraní, pero el avión aterrizó en el Prat, y las normas internacionales mandan solicitar el asilo en el primer país democrático que uno pisa. Fue una gran suerte ser detenida (¡por no tener pasaporte!) en este país de tantas luchas ideológicas y batallas callejeras por un mundo justo, y tener que quedarme.

Lo primero que admiré de España fue que aquí los ciudadanos habían conseguido abolir la pena de muerte.

 ¿No temes a veces que el ilustrar las horribles consecuencias, fruto de catastróficas decisiones políticas, te pueda perjudicar de alguna forma?

Bueno, forma parte del “pack” de luchar contracorriente. Me metí en este berenjenal  conscientemente y no pienso salir a pesar de los pesares.

Y adentrándonos en la cruda realidad de las guerras, muchas generadas por los fundamentalismos, el error de leer textos religiosos de forma literal, sin ponerlos en un contexto histórico crítico y exegético, algo que ocurre lamentablemente en todas las religiones, supongo que los que quieren defender sus muchas riquezas y acumulación de poder utilizan estos fundamentalismos para manipular a la población, aunque luego a ellos la religión o espiritualidad en su intimidad les importe bien poco.

Así es. En Irán, hoy los místicos son detenidos y sus templos destruidos, y eso que fueron los iraníes quienes elaboraron el sufí (o sea, lo que es considerado como el misticismo del Islam), a partir de los preceptos humanistas y universalistas del zoroastrismo, budismo, cristianismo e  Islam. Para la visión estrecha y tribal de los fundamentalistas no existe ni debe existir la “hermandad” entre los seres humanos.

 Líderes políticos de Occidente parecen aprender bien poco de las consecuencias de las guerras. Con frecuencia nos venden operaciones militares invasivas para lograr normalidad y estabilidad en algunas áreas del mundo islámico, pero luego observamos cómo quedan devastadas muchas zonas y el sufrimiento generado por ello. ¿Puede ser el caso de la Libia de Gadafi y más recientemente la situación de Siria?… Sobre el viral vídeo de “La guerra Siria en 5 minutos”, recientemente has mostrado tus discrepancias con éste. ¿Qué errores destacarías del mismo?

Según Wikileaks, esta guerra fue planeada por los EEUU de George Bush y por Israel en 2006 como una guerra religiosa y civil, es decir, que no tenía en cuenta la alianza mundial de la burguesía del Norte y Sur contra los trabajadores de ambos lados del planeta.  EEUU y sus socios están provocando un imperio del caos  para poner en marcha el proyecto del “Nuevo Oriente Medio” que sea acorde a sus intereses del inicio del siglo XXI.

La guerra religiosa -que sería por difundir la espiritualidad-, simplemente, es inexistente en la historia humana. Las guerras “cristianas, islámicas y judías” han tenido y tienen objetivos económico-políticos, y “poder y control” son sus claves. Además, ¿qué guerra religiosa es ésta si la Rusia cristiana ortodoxa o la China atea defienden un supuesto gobierno chiita, mientras los islamistas suníes saudíes, qataríes y turcos, respaldados por los cristianos (católicos y otros) occidentales, matan a los “musulmanes” sirios?

Luego, se habla del Estado Islámico como representante de un nacionalismo árabe humillado que se enfrenta a Occidente y no como una banda de mercenarios engendrada por el Pentágono en 1978 con la misión de destruir estados vertebrados y convertirlos en “fallidos”: en Afganistán, Yugoslavia, Irak, Yemen, Libia y Siria se está asesinando a miles de personas de todos los credos, provocando “conmoción y pavor”, para allanar el camino de la intervención militar de sus patrocinadores.

Es increíble que, de forma muy sutil, el video insinuara que Bush incluyó al régimen de Assad en el Eje del mal después de que éste oprimiera a su pueblo. ¿Querrá decir que Bush era un demócrata? El video conduce al espectador en la misma dirección que el plan B de la agenda oculta de la OTAN para Siria: que “la paz se instalará con la eliminación de la dictadura de Assad”.  ¿No se nos dijo la misma mentira antes de destruir Afganistán, Irak y Libia?

Irán y Venezuela parecen el tema favorito de algunos medios en estos meses; evidentemente, y en gran parte, para tratar de difamar al partido político Podemos, proveniente del movimiento social 15M. Sin embargo, ¿no parecen olvidarse de violaciones de derechos humanos mucho más extremas, como  las que ocurren en  Arabia Saudí?

Es cierto,  los medios de comunicación de masas españoles no se atreven a hablar de Arabia Saudí, la dictadura más oscurantista y férrea del mundo, la misma que dio la bienvenida al 2016 decapitando a 46 personas y crucificando a varias de ellas después de muertas;  o sea, lo que hace la banda terrorista llamada Estado Islámico en Siria e Irak. Por otro lado, creo que hay una confusión entre las fuerzas como Podemos sobre la naturaleza de dos sistemas político-económicos absolutamente distintos, como los que gobiernan Venezuela e Irán, y sobre la situación de los derechos humanos en ambos estados. Mientras dichas fuerzas no se aclaren al respecto, los “difamadores” se verán con la autoridad y la razón para equiparar la situación de Venezuela e Irán, acusar a Podemos de colaborar con un Irán que, por ejemplo,  practica la lapidación por amar a otra persona fuera de las normas religiosas, ejecuta a unas tres personas a diario como promedio, tienen a unos 70 menores en el corredor de la muerte, prohíbe partidos y sindicatos de izquierda desde 1979, multa, condena a latigazos y encarcela a las mujeres por no llevar la ropa árabe-islámica reglamentada ajena a la tradición y cultura iraní, etc.  Esto no sucede en Venezuela. Otra cosa es que ambos países, por razones absolutamente distintas, hayan sido declarados enemigos por EEUU. Se puede estar contra el imperialismo desde una posición progresista o reaccionaria.

A veces la hipocresía parece llegar a su máxima expresión cuando desde los gobiernos de EEUU, España, Alemania, etc. se condenan las actuaciones del Estado Islámico, mientras aquéllos y otros países vendemos armas a Arabia Saudí, que, junto con Qatar y otros, pueden estar financiando y apoyando este grupo para lograr sus codiciosos intereses sobre Irán. ¿No parece que incluso éstos han contribuido a aplastar protestas democráticas en lugares como Bahrein o Yemen?

Mientras Obama afirmaba estar “en el lado correcto de la historia”, apoyando el fin de las dictaduras de Egipto y Túnez, en Bahrein, donde tiene alojado la V Flota Marina de su ejército, apoyaba la invasión por parte de Arabia Saudita con tanques y miles de soldados y policía para aplastar las protestas pacíficas de la “Primavera” de unos bahreiníes que ni siquiera pedían el fin de la dictadura de Al Khalifa, sino una monarquía constitucional y el respeto a los derechos humanos.  Lo mismo pasa en Yemen, la guerra más silenciada del siglo, donde EEUU, Francia y unos 20 estados árabes siguen bombardeando el país desde marzo del año pasado, sepultando bajo sus bombas y misiles a miles de yemeníes. Está en juego un oleoducto que los saudíes pretenden trazar desde Yemen al Mar arábigo y también, por parte de Occidente, hacerse con el control del estratégico estrecho de Bab Al Mandeb, conteniendo a China.

Algunos gobiernos (unos 40 miembros de la OTAN, monarquías árabes, etc.) gastan miles de millones de euros o dólares en armamento para ataques u operaciones que, como consecuencia, provocan la destrucción de viviendas y vidas de personas inocentes, provocando desplazamientos masivos de la población. ¿Son realmente conscientes de estas consecuencias, de tanto dolor generado?, ¿tan mal calculan lo que queda tras sus operaciones bélicas?, ¿no podrían ser al menos más solidarios con las víctimas?

Para empezar, creo que quienes organizan guerras carecen de conciencia y de humanidad, por lo que obviamente no pestañarán viendo millones de vidas que han destrozado en Irak, Afganistán, Somalia, Sudán, Yemen, Siria y entre otros países ya convertidos en “estados fallidos”.

En el caso de la respuesta de Francia tras los atentados de París, nos cuentan algunos medios que tal respuesta se traduce en bombardeos selectivos contra el Estado Islámico, pero seguro que hay población civil inocente muy afectada, y las consecuencias, a veces, son más muertes inocentes que incluso las que lamentablemente han tenido lugar en París. ¿Qué sabemos sobre estas consecuencias de actuaciones militares francesas, rusas, australianas o estadounidenses, por mencionar algunas, en terreno sirio, más allá de lo que nos cuentan algunos medios oficiales?

La guerra “mundial” que está ocurriendo en Siria, bajo el pretexto de luchar contra la dictadura de Assad o de destruir a Daesh, es otra batalla armada por hacerse con un país estratégico y de paso remodelar el mapa de Oriente Próximo, balcanizando Irak y Siria. Cada país que interviene en la guerra contra Siria busca tener parte del pastel de lo que quedará debajo de los cuerpos de cientos de miles sirios y de los escombros de sus magníficos monumentos históricos.

¿Alguna reflexión sobre las perspectivas geopolíticas mundiales? ¿Nos dirigimos hacia una multilateralidad o seguirá el imperio ganando posiciones?

Ya estamos ante un mundo multipolar. La fuerte entrada de Rusia en el escenario, con la anexión de Crimea y la contención de la guerra en Ucrania, o el acuerdo nuclear con Irán han sido parte de su manifestación. En alianza estrecha con China, pone fin a los “gloriosos” años del terror -entre 1991 y 2014- del dominio total de EEUU sobre el mundo. Lamentablemente, la decadencia del imperio estadounidense no ha sido paralela al ascenso de las fuerzas del progreso a nivel mundial. Existe la OTAN, la Alianza militar más destructiva de la historia de la humanidad; está “el G8”, el club de los  amos del mundo; y hacen falta organizaciones de proyección globales capaces de coordinar la lucha de los ciudadanos de todos los países en pro de la paz y de la justicia social.

Deja una respuesta