EFICIENCIA: CONSUMO + AHORRO

EFICIENCIA: CONSUMO + AHORRO

 Pablo Calvache Rodríguez

SETIS Ingeniería y Sistemas

 ¿Quién no orienta su vida con el fin de emplear la cantidad justa de tiempo, dinero y esfuerzo (energía) para sacar el mayor rendimiento a nuestro día a día?

Hemos incorporado la eficiencia a nuestro vocabulario sin llegar a asimilar su significado. Ser eficiente es una actitud, una manera de relacionarse con nuestro entorno de manera solidaria, significa concienciación, uso racional y óptimo de recursos. Es impensable e inviable gastar y consumir recursos sin medida ni control. Siendo eficientes aumentamos nuestras probabilidades de éxito aumentando nuestra productividad y reduciendo costes en nuestra vida personal y laboral además de cumplir con nuestra responsabilidad social.

En realidad y casi sin saberlo, ya hemos incorporado la eficiencia a nuestras vidas. Un día normal nos exige hacer el máximo de tareas en un tiempo pautado y limitado a la par que tenemos que ir aportando nuevas soluciones y respuestas a medida que nos van llamando por teléfono, llegando mails, atendiendo a clientes, contactando con proveedores, dedicando tiempo a nuestra familia… Está claro, es inevitable ser eficiente para gestionar de manera óptima todas las actividades y tareas diarias para rendir al máximo y ocasionar el mínimo gasto a nuestros bolsillos. Planificamos los horarios, las rutas en coche para hacer el recorrido más corto y con menos tráfico, hacemos planes de comida semanal, prevemos gastos tiempo ha, debatimos las opciones y controlamos los gastos.

Imprescindible es incorporar la eficiencia a nuestras vidas comenzando por la eficiencia personal y la gestión del tiempo para lo cual es necesario un análisis personal, un debate y colaboración con las personas cercanas e incluso contactar con profesionales que nos faciliten las herramientas que nos guíen para ser eficientes en nuestra vida personal y profesional.

Si bien hemos incorporado con naturalidad la eficiencia en nuestras vidas, hay aspectos en los que, pese a su beneficio y sonoridad mediática, dejamos a un lado. Me refiero a la eficiencia energética. Cuando escuchamos esta frase a todos se nos vienen a la cabeza grandes fábricas, esos grandes molinos de viento (aerogeneradores) y esas grandes extensiones cubiertas de placas solares que vemos desde la carretera cuando viajamos. Pues bien, la eficiencia energética no es sólo eso. A todos nos afecta y a todos nos interesa ser más eficientes energéticamente ya que nos puede suponer un ahorro económico importante además de contribuir al desarrollo sostenible. Se trata de hacer uso de los recursos energéticos de forma sensata usando sólo lo que necesitamos sin renunciar al confort. Pagar sólo por lo que necesitamos, no pagues por la energía que no utilizas.

Resulta difícil de creer y explicar que las corporaciones municipales, la administración, los organismos públicos, las empresas y las personas, nos preocupemos y miremos con lupa los gastos que tenemos, pero, por desconocimiento y/o desinformación, no prestemos atención al gasto energético de nuestros hogares y centros de trabajo. Todos conocemos, céntimo arriba o abajo, el precio del combustible de nuestro vehículo, incluso repostamos en una gasolinera u otra para ahorrarnos unos céntimos a la hora de llenar el tanque. Sin embargo, con la factura de la luz simplemente cumplimos nuestra obligación de pagar. No sabemos a cómo nos cobran el KW, qué potencia tenemos contratada, si nos están penalizando por exceso de potencia, si consumimos potencia reactiva… Es importante medir y conocer cuáles son nuestras necesidades reales para ser eficientes y contratar y consumir sólo lo que necesitamos. Si bien es necesario contar con una empresa especializada en Gestión y Eficiencia Energética para optimizar el gasto energético, hay toda una serie de medidas que podemos tomar a nivel individual.

Todos podemos ayudar a reducir el consumo energético sin renunciar a nuestro confort, con solo seguir unas pautas muy sencillas en el hogar, el trabajo, el coche o al elegir los electrodomésticos. A continuación enumero una serie de consejos para ser un poco más energéticamente eficientes:

– Elige electrodomésticos eficientes con Etiqueta Energética A o A+, consumen un 70% menos.

– Utiliza Regletas con interruptores de desconexión para apagar varios aparatos a la vez, ideal para ordenadores y equipamiento de ocio: TV, TDT, Hifi… Además, las regletas de buena calidad disponen de sistema de protección contra sobretensiones. Es importante tener en cuenta la calidad de las regletas y las potencias soportadas. Desconectando las regletas eliminamos el consumo de los equipos electrónicos en standby, además del consumo fantasma producido por transformadores permanentemente conectados a la red.

– Utiliza bombillas de bajo consumo, ahorran hasta un 80% de energía. Si bien el uso de LED es una opción de reducción de consumo energético en iluminación es conveniente hacer un pequeño análisis de amortización. Una bombilla de LED es más costosa que una bombilla de bajo consumo convencional y será más rentable su instalación si se usa más de un número determinado de horas al día.

– Haz lavados de carga completa en lavadoras y lavavajillas, ahorras un 50% más de energía que si lo haces a media carga. La mayoría de lavadoras y lavavajillas incorporan una entrada de agua caliente, de modo que si combinamos el lavado con el aporte de agua caliente de nuestras placas solares podemos ahorrar hasta un 40% en cada lavado.

– Introduce en la secadora la ropa que haya sido correctamente centrifugada y aprovecha la carga completa. Un uso correcto del programa de secado junto con sacar la ropa inmediatamente después de la finalización del secado supone un menor coste energético de la secadora y de la plancha.

– El frigorífico es un electrodoméstico imprescindible en los hogares además de ser el único que debe permanecer enchufado 24 horas al día para mantener los alimentos frescos. Es por esto que es imprescindible realizar la compra de este electrodoméstico teniendo muy en cuenta la capacidad de carga según el número de personas por hogar además de la clasificación energética.

– A la hora de cocinar en el horno hemos de tener en cuenta que el hecho de precalentar antes de introducir los alimentos a cocinar supone un gasto de electricidad de un 17%. Sólo se aconseja el precalentamiento en el caso de productos de repostería, pan o productos que necesiten un periodo de cocción corto.

– El uso de ollas a presión u ollas de cocción rápida supone un ahorro de tiempo y de energía de entre un 30 y un 50%.

– Es recomendable el mantenimiento de calderas y termos junto con una revisión antes del comienzo del invierno, ya que, garantizando su correcto estado de funcionamiento y limpieza, aseguramos un rendimiento óptimo.

– Mantén una temperatura en tu hogar de unos 20ºC en invierno y unos 25ºC en verano. Cada grado de más o menos en el aire acondicionado provoca un aumento de consumo de hasta un 8%.

– Se recomienda el uso de energías renovables. En el caso de hogares es fácil, accesible y muy confortable el uso de placas solares para producción de agua caliente sanitaria (ACS).

– La instalación de aireadores en los grifos de nuestros hogares es una opción muy económica que nos proporciona un ahorro de agua importante. Este elemento, de muy fácil instalación por cualquier miembro de la familia, incorpora aire al chorro de agua aportando una imagen suave y voluminosa.

– La ducha, quizás sea lo que más hemos escuchado y conocido, ya que han sido varios periodos de sequía los que hemos vivido y siempre hacían hincapié nuestros padres y abuelos. Una ducha de 5 minutos exige apenas un tercio del tiempo, la cantidad de agua y la energía empleada en un baño. Para un ahorro aún mayor, se recomienda cerrar el grifo durante el enjabonado y utilizar la opción de ahorro de agua en el cabezal de la ducha.

– El uso del inodoro supone un gasto de agua potable de hasta 9 litros cada vez que tiramos de la cisterna, cantidad que hemos de multiplicar por el número de miembros de la familia. Es muy recomendable incorporar a nuestros inodoros mecanismos de doble descarga para dosificar la cantidad de agua necesaria en cada caso.

– Aplica técnicas de conducción eficiente: utiliza marchas largas, mantén tu velocidad uniforme, circula con las ventanillas cerradas, detén el motor en paradas que superen los 60 segundos y arranca el motor sin pisar el acelerador.

– La regla de las tres R: Reducir, Reciclar y Reutilizar.

Estas son algunas técnicas que nos ayudarán a reducir nuestro consumo energético y con las que aumentaremos el ahorro en nuestros hogares. Además de estas, que son medidas de primer nivel y que no suponen coste alguno, existe toda una serie de medidas que cada vez se están haciendo hueco en nuestro entorno. Ya no nos resulta extraño entrar a un baño de cualquier bar o cafetería y que el encendido de la luz y del extractor se accione sólo con nuestra presencia. Pues bien, esta es la parte que está por incorporarse en nuestras vidas como algo natural, del mismo modo que lo hizo internet. El desarrollo de la tecnología y la demanda de servicios por parte de los consumidores está alcanzando un punto en que al usuario no le basta con disfrutar con los servicios que dispone en su domicilio sino que quiere que vayan con él a cualquier parte. El ejemplo más cercano lo tenemos en los smartphones y tablets, todos queremos tener acceso en tiempo real. Es por esto por lo que el siguiente paso al que me refiero es la gestión inteligente.

Con la instalación de sistemas domóticos y control inteligente podemos dotar a nuestra vivienda para que se conviertan en un elemento capaz de tomar las mejores decisiones según nuestro modo de vida, teniendo en cuenta nuestros horarios, modos de vida, condiciones ambientales, meteorológicas… Pudiendo tomar el control sobre cada uno de los elementos de nuestro hogar en cualquier momento y en cualquier parte podemos convertir nuestra vivienda en una parte activa de nuestra manera de vivir.

Dede SETIS Ingeniería y Sistemas (www.setis.es) apostamos por la sostenibilidad en solidaridad con las generaciones futuras. Recuerda que la eficiencia va ligada a nuevos hábitos y conseguimos ¡más con menos!

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