EDUCACIÓN EN CASA: LA IMPORTANCIA DE COMPARTIR EN GRUPO

 M.ª Luz Chamorro Trujillano

Educadora en casa y socia de ALE

 Desde antes de tener hijos sabía que quería educarlos en familia. Cuando mi primer hijo nació, esta idea fue madurando en mi interior a medida que él crecía y se acercaba la edad de decidir llevarlo o no a una guardería. Un día, la compartí con mi pareja y juntos tomamos la decisión de intentar llevarla a cabo, pues tanto él como yo sentíamos la necesidad de pasar el mayor tiempo posible con nuestro hijo, dedicarle toda nuestra atención y no perdernos ni un solo minuto de su preciosa vida.

En principio, teníamos claro que Darío no asistiría a la guardería a no ser que fuera estrictamente necesario. Nuestro trabajo nos permitió llevar a cabo esta decisión, puesto que yo trabajo por las mañanas y mi pareja por la tarde, así que nos turnábamos para cuidarlo. El apoyo de la familia, en concreto los abuelos, fue importante, pues hubo días en que los dos trabajábamos por la mañana y ellos se encargaron de estar con él durante las horas en las que ni uno ni otro estábamos en casa.

El hecho de no llevar a tu hijo a una guardería crea ya cierta inquietud en la sociedad. Se suceden cierto tipo de preguntas y comentarios de familiares, vecinos, conocidos y desconocidos como: “Ya mismo entrarás a la guarde, no?” ”Ya tiene edad de socializarse, tiene que relacionarse con niños de su edad”. ”En la guardería se inmunizará, si no lo llevas enfermará cuando entre al cole”. ”No se adaptará al colegio luego”… y unos cuantos más de este tipo. Una se empieza a sentir contracorriente y es en este momento en el que surge la necesidad de encontrar un grupo de apoyo.

Por suerte, tenemos algunos amigos que, al igual que nosotros, se han planteado una educación diferente para sus hijos, y ha sido de gran importancia contar con ellos para reunirnos: grupos de juego, excursiones, charlas informales sobre educación mientras los niños juegan… Gracias a ello, hemos podido compartir experiencias con personas afines a nosotros en cuanto a inquietudes sobre la crianza y educación de nuestro hijo. Así, fuimos viviendo los primeros años (en los que otros bebés están en la guardería), pasando el mayor tiempo posible con nuestro hijo y quedando semanalmente con otras familias para que los niños se relacionaran, y contar con un espacio para escucharnos y apoyarnos también los padres.

Esto ha sido suficiente hasta que Darío se acercaba a la edad de tres años: en ese momento se empezó a complicar la idea de educar en casa, porque surgieron nuevas dudas y nos volvimos a plantear si era lo mejor para nuestra familia. Los comentarios del vecindario y familiares cambiaron: “Si no lo escolarizáis a los tres años ya no podrá entrar luego en el colegio que queráis”. ”¿Cómo va a aprender si no va al colegio?”. ”Luego le costará adaptarse” . “¿Aún no vas al cole?”

Nuestro trabajo nos seguía permitiendo pasar tiempo con el niño, los abuelos nos apoyaban y ayudaban en la medida de lo posible durante las horas en las que no podíamos estar con él (que solo eran algunas pocas en la semana). Nuestro hijo apenas había enfermado en los primeros años, queríamos que siguiese conservando su salud. Era un niño muy sociable, tanto con adultos como con pequeños. Tenía niños con los que relacionarse, hijos de nuestros amigos, vecinos, primos, etc. Con tres años hablaba perfectamente con un amplio vocabulario. Conocía todas las letras, los números, cantaba canciones en español e inglés, construíamos juguetes de cartón en casa, tocábamos instrumentos, jugaba al aire libre, montaba en bici, escalaba, íbamos a parques diferentes cada día, a la playa, al teatro, a conciertos, reía, y lo pasaba genial. Podíamos salir a cualquier hora del día, nos acompañaba a hacer la compra, a sacar a los perros, al médico, al banco, a veces a nuestros trabajos, aprendía qué era la vida real, ¡había mil cosas que hacer para no aburrirse! No sentíamos la necesidad ni el apremio de escolarizar que la mayor parte de la sociedad parecía que sí sentía y que intentaba transmitirnos cada vez que salíamos a la calle.

Lo que sí necesitábamos urgentemente era la ampliación de nuestro “grupo de apoyo”. Tanto para nosotros como para nuestro hijo era imprescindible compartir vivencias con más familias de intereses similares, pues la soledad, el sentirse aislado, en este tipo de decisiones, es lo peor que puede suceder, ya que hay momentos en los que, aunque en el fondo sabes que estás haciendo lo mejor para tu familia, asaltan muchas dudas y la verdad es que se hace duro si no se puede hablar con nadie que te entienda.

No es una decisión fácil la de educar en casa. Ir a contracorriente no es una sensación agradable, sobre todo si no se cuenta con apoyo social. Por suerte, navegando por internet, encontramos a ALE, la Asociación para la Libre Educación.

ALE se presenta en su página web de la siguiente manera:

La Asociación por la Libre Educación agrupa a familias e individuos que creemos que la educación en el hogar es una opción responsable y adecuada para nuestros hijos.

Buscamos conseguir, en España, la misma legalidad de la que goza la Educación en el Hogar en otros países de la Unión Europea y de América (Reino Unido, Francia, EEUU, Canadá…); sabemos, por experiencia, que esta propuesta causa asombro, ya que está muy extendida la idea de que la mejor vía es la educación en un ambiente diferente al familiar y rodeado de iguales. Sin embargo consideramos que esto no es así para todos los niños y jóvenes. Apelamos, por ello, a los derechos básicos que en materia de libertades reconoce nuestra Constitución en su artículo 27, donde se expresa claramente que: “Todos tienen el derecho a la educación”. Se reconoce la libertad de enseñanza, y, más adelante, “la enseñanza básica es obligatoria y gratuita”. Pensamos que es posible encontrar vías a la diversidad de oferta educativa responsable.

http://www.educacionlibre.org/inicimarc.htm

Como es lógico, encontrar a ALE fue como un soplo de brisa fresca en un día de calor intenso. Era la respuesta a nuestro momento de duda. Era el gran grupo de apoyo que ahora nos hacía falta.

Entre los objetivos de ALE, están los siguientes:

– Defender el derecho de las familias a educar a sus hijos, de forma plena y consciente, en el propio hogar.

– Facilitar información sobre esta opción educativa a todas aquellas personas que se interesen por ella.

– Crear redes de apoyo entre las familias que eduquen a sus hijos en el hogar-. Reclamar el reconocimiento legal de esta opción educativa de manera que se puedan obtener, sin penalización de edad, las certificaciones académicas oficiales presentándose por libre a las pruebas que existan en la enseñanza presencial (Graduado en Secundaria, Prueba General del Bachillerato, Prueba de Acceso a la Universidad y otras)-. Procurar un intercambio enriquecedor entre la educación en el hogar y las instituciones educativas.

– Mantener contacto con otros grupos afines, dentro y fuera del estado español-. No vincularse, ni ser portavoz de ningún movimiento político, confesional o pedagógico.

La página web de ALE cuenta con un foro para socios en el que se pueden compartir experiencias, información, dudas, inquietudes y más, y no solo sobre educación en el hogar, sino sobre la vida, la crianza, el día a día. Para nosotros se ha convertido en un grupo de amigos españoles cuyo foro nos acerca en la distancia y nos ayuda a sentirnos acompañados en este proyecto educativo nuestro. Se realizan encuentros anuales en diferentes sitios del país para conocerse mejor y resultan muy enriquecedores. Sobre todo es un grupo plural, con cabida para todo tipo de pensamiento, y tal como dice en sus objetivos, es un grupo abierto, “sin vincularse con ningún movimiento político, confesional o pedagógico”, ya que el tipo de educación que cada familia lleva a cabo puede ser muy diferente en cada caso particular.

No solo somos miembros de ALE. En nuestra ciudad contamos con un pequeño grupo de familias que juntos nos seguimos reuniendo semanalmente y compartiendo experiencias y proyectos. Creamos un google group para poder comunicarnos fácilmente: Babú-educación-libre.

Este grupo se ha ampliado desde que empezamos a educar en casa, ha cambiado, se han ido familias, han llegado otras, han cambiado los proyectos (unos salen adelante, otros no), pero lo importante es que sigue ahí para quien desee unirse y tenemos mucha ilusión en preparar un ambiente adecuado a las necesidades de nuestros hijos.

Actualmente, llevamos ya cuatro años y medio en la gratificante (aunque a veces dura) aventura de educar al pequeño en familia. Pensamos seguir con esta opción educativa hasta que nos sea posible y nuestros horarios de trabajo nos lo permitan.


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