Reflexión: ¿Qué religión enseñan?

Antonio Zugasti

La derecha se escandaliza y protesta porque se devalúa la enseñanza de la religión en los colegios. Esto ha promovido una amplia polémica sobre el tema, pero antes de tomar partido en este debate, convendría reflexionar un poco sobre lo que queremos decir cuando hablamos de religión.

El término religión es una palabra ambigua. Puede tener un sentido amplio: una persona religiosa es alguien que cree en una realidad superior, transcendente y, de alguna manera, se relaciona con ella. También se llama “religión” a una forma concreta de concebir la divinidad y establece las normas que hay que cumplir para cumplir la voluntad de esa divinidad.  Y se denomina igualmente “religioso o religiosa” a una persona que pertenece a una organización muy concreta, que tiene unas normas determinadas para relacionarse con su Dios.

La enseñanza de la historia  

Hoy lo religioso parece bastante desprestigiado en algunos ambientes, pero la realidad es que unos seis mil millones de seres humanos se confiesan seguidores de alguna religión, tienen una idea de la divinidad, y una forma de darle  culto. La arqueología y la historia nos enseñan que un cierto sentimiento religioso ha acompañado a la humanidad desde sus albores.

Lo que ocurre es que ese sentimiento es muy manipulable. El mismo Jesús afirmó que no habíavenido a abolir la Ley y los Profetas, sino a dar cumplimiento. Y para cumplir la Ley los sumos sacerdotes y los fariseos crucificaron a Jesús. Eso deja bien claro las muy diferentes formas de interpretar unas creencias.

Las creencias como estructuras de poder

Si no todos, la mayoría de los imperios que han existido en la humanidad, se han apoyado en algunas creencias religiosas, que han sido presentadas de forma que favoreciera el poder de determinados grupos o personas. El mismo cristianismo ha sido usado por la jerarquía eclesiástica para establecer una estructura de poder que se ha mantenido a lo largo de los siglos, y aunque hoy ha perdido gran parte de su antigua influencia, sigue siendo considerada como una organización con la que las fuerzas políticas prefieren no enfrentarse.

Aparte de la estructura eclesiástica, prácticamente todos los imperios y las monarquías que se han dado en el mundo han sido claramente confesionales y han tenido una sólida alianza con el sacerdocio de  su religión para beneficio de unos y otros. Precisamente la defensa y la extensión de la fe cristiana han servido de pretexto para invasiones y conquistas. Un claro ejemplo lo tenemos en los Reyes Católicos de España, que impulsaron la conquista de América justificándose con la propagación de la fe cristiana.

Siempre han habido y hay justificaciones desde las creencias

Para no hablar de las barbaridades cometidas por los yihadistas “por voluntad de Alá”, podemos señalar que hoy los cristianos evangélicos son uno de los elementos fundamentales en el triunfo de gobiernos de derecha y extrema derecha en América. Hasta entre los seguidores de Trump hay muchos elementos que afirman actuar así movidos por su fe cristiana. Pero también desde la fe cristiana ha surgido la Teología de la Liberación, y para hacerle frente, el capitalismo no ha encontrado mejor arma que potenciar una religiosidad alienante, como la de grupos pentecostales. Seguramente el único imperio que pretendió levantarse frente a cualquier creencia religiosa fue el imperio soviético, y ya hemos visto como acabó en muy pocos años.

Y es que son las creencias religiosas las que dotan de su sentido más profundo a la vida humana. Ni siquiera el culto al dinero propio del capitalismo puede dar a la vida el sentido que da una auténtica fe religiosa. Sin esas creencias las sociedades tienden a desintegrarse en una búsqueda alocada de sentido para la vida.

¿Qué religión se enseña?

Otra cosa es si una fe religiosa puede “enseñarse” en la escuela. Pero en cualquier caso lo importante es qué religión se enseña, sea en la escuela, en la familia o en la parroquia. Para comprobar qué religión se estaba enseñando mayoritariamente en los centros concertados,  no tenemos más que ver quiénes se han manifestado a favor de mantener la enseñanza de esa religión. Claramente han sido las fuerzas de derecha, la derecha política y la derecha social. Los defensores de un orden radicalmente anticristiano que fomenta la ambición sin límites y la competencia de todos contra todos.

El mensaje de Jesús

Pero la escuela sí debe favorecer una educación en valores éticos, algo totalmente necesario si queremos una sociedad verdaderamente humana. Valores que sí podemos extraer del mensaje de Jesús: sencillez de vida frente a la acumulación de riqueza; fraternidad y solidaridad frente al individualismo egoísta; cooperación frente a competencia; cuidado de la casa común frente a la explotación insensata de la tierra que nos alimenta.

Y que la confianza en el Dios de Jesús la transmitamos con toda nuestra vida.

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