Colaboración: La inclusión de jóvenes con discapacidad en la escuela común.

La inclusión de jóvenes con discapacidad en la escuela común.

Sandra Beatriz Arreceygor

En esta presentación propongo algunas reflexiones en torno a la inclusión de niños y jóvenes con discapacidad a la escolaridad obligatoria en la ciudad de San Rafael, provincia de Mendoza (Argentina).

La inclusión es un eje central en los sistemas educativos, basado en que las personas tenemos igualdad de derechos y para ejercerlos se requiere equidad. El marco normativo es extenso y comprende la Convención Internacional sobre los derechos de los niños y adolescentes y la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (ONU, 2006), entre otras. Adquiere especificidad a través de las legislaciones reglamentadas en cada país. Actualmente la discapacidad es entendida como un constructo dinámico, un concepto que evoluciona y resulta de un cruce entre una persona con deficiencia y las barreras que la sociedad le presenta, dificultando el acceso y la participación activa en los ámbitos sociales en igualdad de derechos. Definirla de esta manera, supone un gran avance y lleva a la responsabilidad de revisar nuestros entornos, prácticas, ideologías, de tal modo que se pueda discernir si actúan como obstaculizadores o posibilitadores. Esto abarca no solo el ámbito educativo, sino todos los ámbitos públicos y privados.

La evolución de la inclusión.

Puedo realizar un breve relato en cuanto a los escenarios transitados. Hace más de 20 años, las inclusiones de adolescentes con discapacidad se presentaban en forma esporádica con sujetos no videntes, siendo un universo muy pequeño y casi excepcional. En nuestro país, en el año 2006, se establece el nivel secundario obligatorio. La ley 26.2006 determina que todos los jóvenes deben estar escolarizados. Como consecuencia, las aulas se abren, en forma masiva, a jóvenes de contextos urbano-periféricos, así como también a jóvenes con diversas discapacidades.

Una experiencia.

En esta ubicación de contexto, intentaré compartir una significativa experiencia. Transcurre en una escuela secundaria, ámbito rural, que se encuentra a 15 km del centro de la ciudad. Modalidad Técnica y Bachiller. Desde hace más de 11 años, comienza a ser muy buscada para la inclusión de jóvenes con discapacidad. El Comité de evaluación de la inclusión en la Argentina señala como importante la convicción del directivo para que la inclusión sea efectiva y no quede sólo en buenas intenciones. Representa lo dicho, una escena vivida en el colegio, donde una mamá, con buen nivel académico, expresa: “Sé que por derecho corresponde recibir a mi hijo, pero vengo a preguntar la disposición de esta escuela”. Acostumbrada a vivir con el “no” de los profesionales y varios “no” del sistema, ella realiza esta pregunta y se pone a llorar. El caso de esta mamá es emblemático de muchos padres que, por experiencia y dolor, saben que con una buena ley no alcanza. A partir de las legislaciones citadas, junto a las de Discapacidad, se incluyeron estudiantes con diferentes diagnósticos y necesidades. Aprendimos junto a ellos. Centros de Acompañamiento a la Discapacidad, los acompañantes de los jóvenes y el equipo de profesores valoraron los modos de acceder al conocimiento, ajustes razonables, y la forma más idónea para expresar lo aprendido. La creatividad puesta en marcha dio algo tan útil y entretenido que provocó que todo el grupo quisiera sumarse. Valgan como ejemplo juegos de cartas de color rojo y blanco para aprender los genes dominantes y recesivos de Mendel, concurso de adivinanzas con diferentes niveles de dificultad para trabajar el pensamiento simbólico, dibujos de viñetas para entender y secuenciar los procesos históricos, entre tantas otras estrategias.

El largo camino desde la ley a los derechos.

A esto le llamo aprendizaje institucional. Asumimos desafíos nuevos del modo más colaborativo posible. Tal como señala el Comité, las barreras a las personas incluidas pueden estar basadas en miedos esperables ante lo desconocido, ideologías y prejuicios. En nuestra experiencia, paradójicamente, las barreras fueron originadas por organismos y resoluciones que fueron creadas para beneficio de los estudiantes con discapacidad. Sin embargo, por burocracia o falta de plasticidad, terminan operando como dispositivos para excluir. De una ley a derechos, hay mucho trecho. Debe ser solventada con inversión en educación, aspectos edilicios, capacitación de los recursos humanos, organizaciones dinámicas y resoluciones flexibles.

El acento en lo que ha sido posible desde una escuela secundaria y sus varios logros…

Muchos adolescentes desarrollaron autonomía; de ser traídos por sus padres, a lograr manejarse con la línea de autobús del distrito. Sus aprendizajes fueron más allá de lo que un informe profesional señaló como límite. La escuela pública tiene algo invisible e incontable, como mágica. Es en lo social, interactuando con sus pares, donde los adolescentes se desarrollan. Algunos estudiantes comenzaron a manejar el uso de dinero a través del quiosco escolar, y aparecieron talentos especiales. Constituye lo descrito un breve recorte de todo lo vivido; no hace justicia a todo lo que nos enseñó y enseña. Nuestra escuela se volvió mejor, es una afirmación profund que conlleva la transformación humana a la que invita y el ejercicio de innovación al que desafía. La inclusión no es sólo para personas con discapacidad; el aula actual debe alojar cada una de las subjetividades; cada estudiante es distinto y aprende de un modo único. Este enfoque es el presente modo de educar.

Hay que construir desde lo cotidiano.

Como sociedad, nos queda un largo camino para hacer realidad los derechos de niños y jóvenes con discapacidad. No depende sólo de las decisiones del Estado, sino que se construye en lo cotidiano. Asistimos a un tiempo de visibilización de actores que eran ignorados, a la posibilidad de darnos cuenta de que cada uno de nosotros puede ser un pequeño aporte al universo del desarrollo de otro. Como reflexión, traigo las palabras de la mamá de Temple Grandin: “Ella es diferente, pero no menos”.

1 comentario

  1. Excelente aporte a la comprensión del importante tema de la inclusión de niños y jóvenes con discapacidad en la escolaridad obligatoria. Muy buen ejemplo de positiva transformación humana, con mayor participación activa en los ámbitos sociales y en igualdad de derechos.

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