XIII ENCUENTRO ESTATAL DE COMUNIDADES CRISTIANAS POPULARES

“Otra Iglesia es posible… ¡Y necesaria!”

Gregorio Ubierna Güemes

Doscientos representantes de las Comunidades Cristianas Populares del Estado Español, que suman unas cien, se han reunido en Valladolid del 4 al 7 de diciembre y han sido acompañadas por el Colectivo Europeo de Comunidades Cristianas de Base que, paralelamente, han tenido su reunión ordinaria.

 El Encuentro fue distendido, dispusimos de tiempo y disfrutamos de las relaciones personales sin prisas. Los talleres de trabajo estaban más enfocados a la comunicación e intercambio de experiencias que a la elaboración de reflexiones teóricas. Ni siquiera se recogieron propuestas finales de forma metódica, sino que los hallazgos de cada taller se concentraron en un signo escenificado en la Eucaristía del último día. No hubo puesta en común ni debate en plenario. La experiencia resultó muy interesante.

La Eucaristía resultó muy alegre, porque estuvo amenizada por un coro de voces masculinas y femeninas, mezclado con instrumentos musicales típicos de la zona, todos ellos ataviados con trajes castellanos de vistosos colores. Las oraciones eran desgranadas a ritmo de jotas castellanas. Aunque duró más de hora y media, en ningún momento se hizo pesada la celebración. Como novedad y aval de nuestras capacidades, dirigió la Eucaristía Carlos, de Valladolid, que es invidente y lo hizo de forma sencilla y amena.53 pg 28b

La ponencia de Chini Rueda fue un aperitivo destacado para despertar nuestras sensibilidades y nuestra imaginación. Su exposición fue serena, pero valiente y contundente. No sólo desempolvó nuestras mentes, sino que también agitó los despachos de los altos jerarcas. La prensa local, que se hizo eco del encuentro de forma extensa, también destacó la ponencia de Chini.

Mención especial merecen las Comunidades de Valladolid, nuestros anfitriones, que dejaron la piel para que estuviéramos a gusto, superando todas las dificultades que se fueron sumando: el hecho de ocupar dos centros alejados, la rigidez de las Carmelitas del “Ave María”, que nos limitaron la fiesta, etc. Pero su paciencia y entrega superaron todas las dificultades y el encuentro fue un gran éxito.

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