Para leer. La España vacía, de Sergio del Molino

Sergio del Molino, La España vacía. Viaje por un país que nunca fue

Turner, Madrid 2017, 11ª reimpresión, 299 pág.

Es una obra, al mismo tiempo, de descripción, análisis sociopolítico y ensayo sobre esa gran parte del territorio español que no pertenece a la periferia superpoblada y a la que el olvido histórico que ha padecido, la dispersión del hábitat, la economía de supervivencia y el abandono cultural crónico han ido vaciando con el paso del tiempo. Sólo unos pocos núcleos urbanos muy poblados (Madrid, Zaragoza, Valladolid) son la excepción en el interior de la España vacía.

Pero esa España, territorio de silencio y pobreza muchas veces, en éxodo frecuente hacia el chabolismo de las grandes ciudades de la periferia, con sus dosis de soledad, de aburrimiento, de rara aparición en los medios sociales (salvo por sucesos desagradables), “existe en la memoria de quienes la habitaron y en la mitología familiar de sus hijos y de sus nietos”.

A los partidos políticos les interesan los votos de los pueblos y ciudades pequeñas, porque, por la “magia” de la Ley d’Hont, son votos sobredimensionados que permiten a los partidos mayoritarios obtener más escaños en el Parlamento, aunque luego esos partidos ignoren a quienes les votaron.

Pero “a la España vacía le falta un relato en el que reconocerse”. “La España vacía casi nunca se ha narrado a sí misma, se ha resignado a ser narrada”. Es el caso de una buena parte de Aragón, de las dos Castillas, de Extremadura, de un sector de Andalucía y de La Rioja, y de buenas porciones de otras comunidades autónomas.

A pesar de los valores y cualidades de sus gentes, y de su papel, pequeño o grande, en la historia común con otras regiones, “la España vacía asumió que no le quedaba más que pasado”; pero para mostrar que todavía quiere existir, ha recurrido a recrear o crear sus mitos, sus leyendas, sus tradiciones, la historia y las historias de sus casas y de sus lugareños, con el fin de construir ese relato en el que reconocerse, mostrando que existieron, que, de algún modo, todavía existen y que allí, en algún momento, ocurrió algo importante. Esperan que alguien pase por allí para poder contarle esos mitos, leyendas, historias y paisajes que los mantienen vivos y, de paso, si el turista que está dispuesto a escuchar deja algunos dinerillos, mejor aún.

Sergio del Molino ha documentado muy bien su trabajo y ofrece amplias referencias bibliográficas en múltiples notas. El libro es un buen ensayo antropológico, histórico y literario, que se convierte en una reflexión profunda sobre una “España vacía”, que es, por cierto, la mayor parte del territorio español.

Jesús Bonet

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