LA CASA INVISIBLE

Luis Pernía Ibáñez (CCP Antequera)

 Somos miles de islas, hagamos archipiélagos

 En 2006, mientras la capital de la Costa del Sol presumía de concentrar una amplia oferta cultural –que ha sabido rentabilizar y estrujar al máximo la figura de Picasso–, la práctica indicaba lo contrario: la escasez de espacios para desarrollar cualquier disciplina artística se hacía evidente con el continuado cierre de salas de cine históricas en el centro de la ciudad. Desde hacía años se intuía un amplio descontento entre ciertos sectores de la ciudadanía malagueña, colectivos de artistas y diversos movimientos sociales como el centro okupado Casa de Iniciativas. Esta pluralidad de inconformistas aprovechó la celebración en marzo del Festival de Cine Español para okupar el Cine Andalucía y desarrollar, de forma paralela a la muestra oficial, una serie de actividades que hizo que muchos de los invitados giraran la cabeza hacia esa propuesta a escasos metros de la alfombra roja. La brecha estaba abierta y el pistoletazo de salida dado. 365 días después, de nuevo dentro del marco del Festival de Cine Español, la contestación se consagra con la okupación de un inmueble abandonado del siglo XIX. Un precioso edificio de más de 2000 m2, construido en 1881 y ubicado en el casco histórico de Málaga convertido en laboratorio de saberes y creatividad, ejercicio de democracia directa. y zona temporalmente autónoma.

La Casa Invisible es un  proyecto sostenido por una amplia red de ciudadanos, vecinos y creadores locales. Un espacio experimental gestionado de forma colectiva con la intención de fomentar la autoorganización ciudadana, el pensamiento crítico y la cultura libre y el pensamiento político. Es sobre todo un Centro Social Autogestionado en la línea de las creaciones políticas más interesantes de las últimas décadas.

En la Casa Invisible, llamada también de Iniciativas, conviven los Creadores Invisibles (con los que han colaborado personajes como Óscar Jaenada o Antonio Dechent), colectivos feministas, universitarios, la Coordinadora de Inmigrantes de Málaga y la plataforma contra la especulación urbanística Málaga no se vende, Ecologistas en Acción, el Foro por la Cinemateca, la Universidad Libre Experimental, Indymedia Estrecho, Consumo Crítico o la Asociación folklórica de Verdiales de Málaga, entre otras organizaciones y proyectos. La oferta formativa es amplia y variada: desde talleres de yoga y teatro hasta percusión africana, intercambio de idiomas o jazz. Además, el grupo CARCAT, con la ayuda de vecinos y vecinas del centro histórico, desarrolla un mapa político que visibilizará las distintas realidades sociales, ambientales o de precariedad que existen en la ciudad.

El centro organiza conciertos, cursos, debates y teatro así como iniciativas como La Noche Invisible, mediante la cual creadores locales toman las plazas del centro histórico de Málaga para llevar a cabo intervenciones artísticas. Especial atención mediática produjo el Festival de Cultura Libre de Málaga, propuesta alternativa paralela al Festival de cine español de Málaga, en el que participaron Javier Corcuera y Pepe Rovira entre otros.

El Ayuntamiento de Málaga pretende recuperar el inmueble, situado en la calle Nosquera, a petición del propietario del inmueble. Sin embargo, artistas e intelectuales apoyan la continuidad del centro cultural y han firmado un manifiesto que reivindica “el reconocimiento del inmueble como espacio de uso social y cultural” frente al “modelo de exhibición y consumo”. El dramaturgo Darío Fo, la escritora y periodista Naomi Klein (autora de No logo, libro de cabecera del movimiento antiglobalización), el filósofo Santiago López Petit, el urbanista Jordi Borja, el cineasta Fernando León de Aranoa, el ensayista Amador Fernández Savater y los músicos Kiko Veneno, Amparanoia y Albert Pla son algunos de los firmantes. También el responsable del departamento de Actividades Públicas del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía apoya la continuidad de La Casa Invisible.

Cuando se cumplen tres años del proyecto de la Casa Invisible parece garantizada su continuidad. Mientras la Fundación Rizoma (equipo interdisciplinar de arquitectos, urbanistas, geográfos, etc.) ha diseñado un novedoso proyecto de intervención arquitectónica en el edificio. Y, mientras, siguen los talleres, cursos y seminarios, actuaciones musicales y teatrales, cine y diversas exposiciones. También se puede encontrar un cibercafé con Wifi “prestada” por los vecinos, un canal de radio (“Radio Inaudible”) y hasta un canal de televisión (“La Invisible Teve”). En definitiva, un sinfín de posibilidades para que cualquiera pueda echar a volar su imaginación y demuestre su talento artístico y creativo convirtiéndose en un “Creador Invisible”.

La gente que participa en la gestión del espacio a su vez están muy interesados en ir articulando procesos de encuentro y organización para construir movimientos sociales capaces de oponerse y producir alternativas ante este modelo neoliberal basado en la especulación, la precariedad, la privatización de lo público y la uniformización del pensamiento impuesto por aquell@s que detentan el poder político y económico.

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